Luego de que Ama pusiera FIX YOU. Luego de haberle hecho el amor durante toda mañana hasta que el sol nos detuvo con su insuperable luz, luego de todo eso vino la noche. Gina paseando con su novio, un tal Ricardo o Roberto y Ama se fue con Kiara antes de que pudiese reaccionar… Un grito desautorizado se me atascó en la garganta y no pude gritarle “QUEDATE, SALVAME”. Hizo su bolso con la naturalidad con la que yo le pego a la pelota con el hierro siete, se acomodó, hizo foco en su golpe y me pegó en el centro del corazón cuando la puerta de cerró y lo último que vi de ella fue su mano aún dentro de la casa, que cerraba el picaporte y, sabiendo que la miraba, me levantó el pulgar. Tuve que cambiar las lágrimas por una sonrisa que solo ella es capaz de sacarme. O tal vez lágrimas y sonrisas hicieron una comunión para unirse y hacerme fuerte, y juntas, vencer el detener a Gina y a Ama, que juntas me hacían pedazos.
Luego de que la puerta se cerró pensé en aquel día, hace tantos meses atrás, cuando aún teníamos sueños de casarnos y nos juramos un amor eterno, Gina se hartó de mí y se tomó un avión a Buenos Aires.
De golpe me asaltaron las ganas de ir a Buenos Aires, pero tenía la ciudadanía que tanto me costó conseguir, y cambié a mi hermosa Buenos Aires, a mi gente, a mi hijo, por las escaleras que dan mi habitación. Y Luca? con quien lo dejaba? Esto no es Buenos Aires, aca no viven el mecánico de confianza o la portera con ruleros que son capaces de matarse por vos. Acá la gente es fría. Y no es que esté mal. Son así y yo debía seguir las reglas del juego.
De pronto se me vinieron los amigos a la cabeza, es por eso que me mantenía algo cuerdo, mientras dos ríos capitales, como el Éufrates y el Tigris lo fueron cinco mil años atrás e hicieron de este puto mundo lo que es. Bien, yo era un mundo en miniatura, desarmándome -pieza por pieza- como un robot hecho de RASTI o un rompecabezas de cinco mil piezas.
Anoche bajo el puente de Brooklyn… Ahora acá, otra vez solo, pensando en Gina y su novio, imaginándolos en esa vida rosa chicle que a ella tanto le gusta de un hombre. Y no la culpo, la entiendo. Entiendo porqué me dejó. Tiene algo que yo no. Consigue lo que quiere.
Y ayer la tuve entre mis brazos y le di un beso que solo bajo un puente se puede dar. Pensando también en Ama, tratando de adivinar si se iría a una aldea india en el centro de este país, rodeada de pieles rojas y caballos o si ya estaba contratada para ser la secretaria de algún diplomático o Banco de renombre, lista para subirse a un jet privado con un trajecito sastre, que solo una rea como ella puede lucirlo. Porque así es ella, no sabe nada y lo sabe todo.
Me serví de inmediato un vaso lleno de Whisky, el tercero (debía enfrentar de alguna manera tanta pérdida).
Puse la mente en blanco y me quedé escuchando la última estrofa de la canción que anoche me regaló Ama:
“… and I will try to fix you”
Gustavo Bonino
3 comentarios:
She loves you yeah yeah yeah!
"Fix you". Parecía tan sencillo...
Ojalá todavía se pueda.
Inga
seria cuestión de probar una vez más...
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