Resultó ser que Pam, esa escultura de 21 años que, con la excusa de que le firme mi libro, hace dos noches que está instalada en casa. Es autora, pero se gana la vida como fotógrafa. Y, creer o reventar, tiene un ojo perfecto. Tiene un talento insuperable. Fanática de Doors y Beatles, sucumbí a algo que no sabía si era correcto. Pero, qué es lo correcto? deberíamos poner una cámara en la intimidad de las personas y que alguien -no se quien- juzge los buenos y los malos actos.
Todo Pam era una sorpresa para mí. También un balde de agua fresca luego de tanto rollo entre Gina y Ama. Creo que cada mujer tiene su encanto, pero la nueva es la que te da el cachetazo y te despierta. Esa era Pam. Desnudándose, mostrándome sus partes mas sensuales para que yo aprenda fotografía.
- La motivación genera talento, me dijo antes de empezar. Y así se ponía, no en poses porno, berretas, trilladas, sino que en una foto se le ocurrió ponerse una frutilla entre las piernas, para que no se viera lo que debería verse en el mundo convencional, sino solo una frutilla. Una chica tan sensual, sensurando su cuerpo. Eso lo sentí como creatividad. Luca la amaba. Sabíamos ambos que yo no iba a poder sostener esa maravillosa tonelada de sensualidad. Muchos, hasta Al, casi me pegan por haberla dejado ir.
Es que uno tiene que ser sincero, al menos consigo mismo. Y ella era todo lo que cualquier hombre -como hombre lo afirmo- fantasea. Pero yo debo venir de una raza de tarados o de responsables, que para el caso son sinónimos, tratándose de Pam.
Al tercer día le dije que lo que estaba pasando no era normal.
-Y qué es normal, para vos? Acabar una sola vez?, me desafió llorando.
-Qué decís?
-Qué yo te admiro, que te hice acabar hasta cuatro veces sin parar. Qué esperas de la vida? solo sufrimiento? Aburrimiento y todos los ENTOS? yo podría irme con el primero que se me cruce, pero te elegí a vos.
Tenía cierta razón, pero no podía entrar en ese juego de una chica que me idolatraba por un libro mediocre.
-Lo único que espero es no hacerte daño. Vos no me conocés, sos muy chica y admirás algo mediocre de mi,
-Eso es lo que pensas de vos, Lucho?, me dijo en un despectivo americano de Chicago.
Bajé la cabeza, tratando de controlar la situación de dejar ir a una niña, porque eso es lo que era. Una niña de lo más sensual que he visto en mi vida...
Me tiró mi libro en la cara y se fue tan despechada que dejó todas sus cosas.
Yo terminé en un hospital, me dieron siete puntos en la ceja izquierda.
Entró Al a la sala de primeros auxilios.
- Lucho, que le hiciste? vino llorando a mi local, casi me tira todas las estanterias.
- Fui sincero Al, la cuidé.
- (exasperado) la cuidaste?? No se veía nada calma.
- Creeme, algún día me lo va a agradecer.
Gustavo Bonino
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