sábado, 22 de noviembre de 2008
IMPERDIBLE: REVISTA OFF EN EL ESPACIO GIESSO
miércoles, 12 de noviembre de 2008
POESIA VERTICAL - ROBERTO JUARROZ
lunes, 10 de noviembre de 2008
ESTO NO ES UNA PIPA
SURREALISMO + SURREALISMO = POLÍTICA ARGENTINA
Argentina está a punto de jugar la final COPA DAVIS. Esa tan soñada ensaladera de plata que jamás, ni en tiempos de Vilas, pudimos obtener y que ya se nos escapó en dos finales anteriores. De visitantes.
Bien, resulta que ahora tenemos la bendición, no solo de tener a Del Potro y a Nalbandian, sino la de poder jugar de locales que, para los entienden de esto, es un veinticinco por ciento más de chances a favor del local. Por qué?
Por la gente. Por su fervor y su astucia para alentar, para ensordecer a cualquier rival o levantarle el alma a nuestros jugadores si lo necesitan en determinado momento de bajón anímico.
La idea inicial, la lógica, la normal era jugar en Córdoba, en cancha rápida, superficie que molesta a los españoles, los futuros rivales, en donde Del Potro y el Rey David, nadan como peces en el agua. En donde Nalbandian no solo es local, sino adorado como nadie. Tenemos allí un hermoso estadio techado con casi doce mil localidades. Listo, terminado, sin problemas. Sin necesidad de gastar dinero en construcción.
Pero no. Córdoba es un territorio en donde los K no se sienten ni locales ni cómodos. ACLARACION: No soy cordobés, ni tengo partido político. Solo tengo sentido común.
Dónde se va a jugar entonces?
En Mar del Plata. En terreno K. En los dominios del Gobernador Scioli. Cuando me enteré de semejante disparate pregunté: OK, supongo que en Mar del Plata habrá una cancha para más de doce mil espectadores, lista para el evento y apta para todo público.
Respuesta: No. Es una cancha con seis mil quinientas butacas. Se gastaron USD 700.000 dólares (al reverendísimo pedo) para llevarla a once mil quinientas. Pero adivinen...
Sí, se gastó todo ese dinero, pero NO, (Magritte, te amo!) no se terminó de contruir y quedó un estadio emparchado de nueve mil quinientas butacas.
Veamos, dijo un ciego: Al final se hace en Mar del plata, gastando USD 700.000 y el resultado es que tendremos espacio para que alienten dos mil espectadores menos!!!!
No es genial?
Sí, lo es. Pero, como dicen los magos sin recursos, "esto no es todo amigos, acá lo mejor". Las nueve mil quinientas localidades serán repartidas de la siguiente manera:
- Tres mil entradas serán prioridad de la AAT que las ditribuirá a federaciones y clubes asociados. El remanente, si queda, se pondrá a la venta al público en general.
- Mil entradas serán para el público en general (los valores de los abonos van desde los $1000 hasta los $4000, dependiendo de la ubicación).
- El gran resto, el grueso de los boletos está fuera del circuito comercial ya que se asigna a la parcialidad visitante, protocolo, delegaciones, sponsors, etc.
Menos de mil hinchas, de los que alientan, de los que gritan, si tienen entre $1000 y $4000 pesos para poder asistir, irán. Sino, seguramente la parcialidad española, que tiene un abultado número de entradas a su favor, tan a favor como el tipo de cambio, vendrá y será local fuera de su país. Cómo en las épocas del Virreynato. Esto es así de claro. Así de vergonzoso.
Qué dice a todo esto el organizador del evento, Fernando Marín? "El fervor de nuestros hinchas va a saber suplir la merma de público".
Qué logramos con todo esto? Que la gente no acceda, que la política se meta donde no debe y que jugadores como David, que dan todo, que resignan plata por vestir la camiseta argentina, se sientan molestos y con justa razón.
ESTO NO ES UN NEGOCIO! (Y TE LO MUESTRAN EN LA CARA).
Pienso en Scioli que fue deportista, pero olvido que también es un títere. Ahora entiendo por qué el destino le quitó una mano. Sabía que sería político.
Cuánto asco me dan los K, los Menem, el tibio y cagón de Cobos, todos!!!.
Gustavo Bonino
viernes, 7 de noviembre de 2008
miércoles, 5 de noviembre de 2008
CINE: LA EDAD DE LA IGNORANCIA
CINE
Es la última película de la trilogía de Denys Arcand iniciada hace más de quince años con "El declive del imperio americano" y que posteriormente le reportó un Oscar por "Las invasiones bárbaras", la segunda película. La edad de la ignorancia es, básicamente, un enfoque dual: por un lado se ve la sátira sobre el mundo moderno, sobre lo perverso que es el “sistema” en el cual estamos obligados a girar y por el otro, se vislumbra una reflexión acerca de la moral de nuestra época. Cuál es el límite de la creciente “modernización” de la vida del ser humano?.
Arcand nos vuelve a mostrar un mundo fragmentado -en lo que a las relaciones humanas se refiere- desde la lente de uno de sus personajes. Así como en las Invasiones Bárbaras el protagonista es un intelectual idealista que “cae” en un hospital público con un cáncer terminal, olvidado por sus suyos hasta llegar, con el correr de la película, a reunir a sus hijos, colegas, amigos, se ex esposa y un par de amantes; en La edad de la ignorancia, el protagonista es el arquetipo de la clase media del primer mundo. Un empleado del gobierno de Quebec, con dos hijas a las que se las ve -literalmente- durante todo el rodaje, conectadas a todo menos a su padre: mp3, consolas de juegos, algún novio, etc., con las cuales no tiene la menor relación; y con una mujer desentendida de su hogar, “reina de la comida congelada”, obsesionada por brillar en su trabajo, corriendo detrás del slogan de American Express: Pertenecer, palabra santa en el sistema del “amercian way of life”.
Dos hijas de las que realmente no sabe nada, una mujer enamorada de los compromisos y ataduras del sistema y una madre moribunda, a la cual visita diariamente a un hospital público, son los afectos que rodean al personaje de Jean-Marc, interpretado por el actor Marc Labreche.
Semejante dosis de incomunicación familiar, sumada al perverso “mundo Kafkiano” con el que tiene que lidiar desde hace décadas, todos los días en su puesto de trabajo para el gobierno de Quebec, en el que desempeña la amarga tarea de escuchar y derivar a un laberinto imposible, las quejas de los ciudadanos que van quedando fuera del “incompresible sistema”. Jean-Marc entonces toma una decisión.
Ante tamaña realidad diaria e incapacitado de reaccionar (como si su natural rebeldía estuviera atada de pies y manos) el pobre Jean-Mac se inventa otra vida. Sí, una vida paralela para evadir la real. Decide vivir una vida de sueños. Así, va sustituyendo sus grandes fracasos, frustraciones e imposibilidades por sueños en donde es un hombre exitoso: Un escritor multipremiado, un hombre que logra atraer a cuanta mujer se le cruza, Un opresor de quienes lo oprimen en su vida real. En una palabra, un Quijote del siglo XXI.
Al igual que Kevin Spacy en American Beauty, Jean-Marc forma parte del arquetipo del hombre residual en la modernidad líquida actual, de la que tan brillantemente nos advierte Sygmunt Bauman.
Acechado por su condición de "outsider" y sin salida -su mujer lo abandona por un tiempo, sus hijas no le dirigen la palabra y su madre muere- Jean-Marc decide retirarse de TODO (vence o es vencido por el sistema?) y se hospeda –se entiende que de manera definitiva- en una casa en la playa que era de sus padres, lejos de todo y de todos.
Esta polémica y criticada película de Arcand muestra lo que todos los días vemos sin ver. La degradación y el reciclaje que el sistema hace con todo aquel que no se adapta o, para ser más precisos, con todo aquel que no se aferra, que no logra aferrarse con uñas y dientes a una resbaladiza, desquiciada y colapsada realidad actual.
Gustavo Bonino