CASA NUEVA
Llegamos a esta casa
un día cualquiera
del caprichoso orden de los días,
potestad de Hammurabi, del egipcio
o de Julio Cesar, el Galo.
Ni siquiera encendimos la luz,
pero volvimos y nos quedamos
y trazamos planes modernos
y jugamos con texturas, colores,
medidas y sabores.
Llegamos a esta casa
otro día y la llenamos
de nosotros mismos.
Nos parecía mentira
que esa redundancia
nos hiciera tan felices.
Vivimos en esta casa,
poblada de texturas, sabores,
bien medida y llena de colores.
No sabemos bien aún
hasta cuando vamos a habitarla
y eso es -seguramente-
lo que más disfrutamos de ella.
El sabor del día único.
La inexcrutabilidad de la palabra futuro.
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Gustavo Bonino