sábado, 26 de diciembre de 2009
EL PAN DE FRUTAS
miércoles, 16 de diciembre de 2009
NEW YORK V (AVENIDA)
Estoy en una cantina italiana. Miro a mi alrededor. Mixturas de pieles, de idiomas. El americano pronunciando palabras en un español "gourmet? cool?". Y la contra parte, el latino que mezcla los idiomas, tanto que los funde en uno. Estampita de la patria soñada, el american dream que soñaba en la Habanna o en Buenos Aires o en Puerto Rico.
Mezcla, se disfraza, resigna (con el disfraz de oso en pleno verano), hope and more hope cada vez que compra la imagen de la estatua de la libertad.
Mezcla, el latino y el americano mezclan. Todo dentro de esta cantina italiana. El americano pide, el latino sirve hasta tener los papeles. Quáckeros, Incas, Anglos, Aztecas, todo la cantina, atendida por un falso italiano. Licuadora gigante que nos mezcla a todos en una perpetua obra de teatro que jamás terminará...
La carbonara se entendió. También el vino. Veo la obra desde afuera, dentro de la licuadora.
lunes, 14 de diciembre de 2009
NEW YORK IV
viernes, 11 de diciembre de 2009
NEW YORK III
DESCORTES
viernes, 27 de noviembre de 2009
NEW YORK II
Se me aparece Celia. Es ella, etérea. Luego de la muerte.
Estuve tan cerca de verla en la morgue. Y antes, en la vida.
Estuve tan cerca de la verdad, de la herencia, del cariño que da la sanguineidad. Esa contención ancestral, red echa de tiempo, de remotos pasados, pero no de historia. La historia se escribe con presencia.
Dos tipos gritan en dialecto, afuera. La ambulancia, los tipos, Celia gritando en mí... Su figura de ausencia. Quien soy? Cuál fue mi pasado?
No siento el cariño que fluye, espontáneo, del ADN inevitable.
Estoy sentado en la cama, parado frente a la modesta tumba de Celia. Es aquí donde la dejaron sus amigos, los que se quedaron con el botín.
En dos años será arrojada al osario común. Nadie va a recordarla.
Quiza corra con fortuna.
Hasta mañana Celia, ya acallaron las sirenas. Me volvió el sueño.
Gustavo Bonino
NEW YORK DIA 1
Debo tomar decisiones. Me siento morir.
Tengo sueño. Las luces me ciegan. Todo el show es hermoso. Impermeable. Perfecto, para los perfectos y para los que tienen esa ridícula meta. Meterse en el condón seductor de las marquesinas.
2 de Noviembre de 2009
Gustavo Bonino
miércoles, 25 de noviembre de 2009
cualquiercosa
sábado, 17 de octubre de 2009
ATADO
Será esa la "llamada" salvación?
Gustavo Bonino
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sábado, 26 de septiembre de 2009
Un puñado de nada
Cómo esta pulseada la estoy perdiendo, voy a ir tirando los temas que me asaltaron en la ducha, como ya dije, y los voy a desarrollar. No esperen mayor astusia que esta. Verán que los temas son diversos y a la vez harto repetidos. Pero que todo en un punto se une.
Ahí voy,
Fernando Peña. Ese hombre que naturalmente fue uno y fue muchos- La multiplicidad del ser de la que hablaron Stevenson, Wilde y Borges. Pero no lo fue de un modo liteario. Su vida lo fue. Personaje de carne y hueso. Cómo si alguien lo hubiera escrito a él. Dudo que vaya a existir un escritor con la lucidez como para poder escribir a un personaje llamado Fernando Peña.
Se lo odió con odio. Se lo amó con pasión. En mi caso me daba mucha ternura (vaya palabra tan acertada) que Palito fuera un píbe chorro, un "fierita" de la calle. Condenable y fresco a la vez. Auténtico. Que era a fin de cuentas Fernando y era Palito y eran ambos en el mismo cuerpo y eran indivisibles y tan distintos a la vez.
O toda la clase media que salía de la boca de Savino.
O los diálogos de Peña con la Mega, travesti guarango, de barrio, que se salvó de los bosques de Palermo. Hombre asumido en mujer, puta, diva que de pronto la agarró el estrellato. Al igual que le pasó a Fernando.
O el odio que le tenía a Porelorti, o el morbo que me despertaba ese "mix" que era el Monseñor Lago. Cura depravado. Pero recatado y fino. De buenos modales. Solapadamente corrupto. Abusador de menores mezclado con un pastelero exquisito y fino. Un Bom Vivant tan cinco estrellas.
Por haber vivido en el Caribe, podrán imaginarse como admiraba a la SEÑORA Milagros Lopez. De cuna cubana y anillos de Miami. No se es cubano si no se logran combinar estas dos condiciones.
Milagros corrió el telón y dejó a Fernando, a Fer, a ese puto lindo, enfermo, odioso y odiado, amado e idolatrado cara a cara con lo mediático.
Por qué le dedico un espacio a Fernando Peña? Porque va a ser estudiado dentro de ciuncuenta años. Un genio puede brillar en vida. Pero lo entendemos cuando lo matamos, cinecunta años depués. La capa de cera no nos permite comprender de inmediato. La cera que nos hace tan comunes. A Borges se lo descubrió cuando ganó el premio FORMENTOR, allá cuando terminaban los años cincuenta. Antes de eso, Borges era -para la gente- un "tipo complicado de leer". "Se hacía el difícil". Pero para esa época, Borges tenía más de cincuenta años.
Fernando habrá tenido diez años de fama. De una genialidad que solo iba en aumento. Incluso, cuanto más uno creía que este "sorete, te odio, a vos a los de tu raza oligarca" se estaba yendo al carajo, no. Era él. Pero el ser humano compra enlatados. Compra seguridad. Odiamos comprar el producto completo. Lo que transgrede es lo que levanta viendo, lo que incomoda, lo que nos desparrama la basura. El agua fría en la cara que nos despierta del letargo calentito.
Pero, hasta que no entendamos que eso no se puede, que cuando uno compra, compra todo, estaremos perdidos en el desierto de la mediocridad. Uno no puede amar lo mejor de Peña y matarlo porque no sigue siendo el mismo o porque no se calla o porque incomoda. Vaya mediocre que es el ser humano. Una vez Sovovich dijo con mucha certeza "yo tengo éxito porque le muestro a la gente lo que tiene ganas de ver".
Pero eso es para los astros de los negocios. No para los genios.
No terminamos de entender que uno no puede comprar un auto sin las ruedas o sin el volante. Y si lo compramos, no es el mismo auto. A un genio se lo compra entero. Con el odio que nos genera. Con la admiración. Con los errores que comete cuando su propio mambo lo derriba o lo enloquece. Luego, cuando sale del mambo ileso y nos vuelve a sorpender.
Uno no puede escalar la montaña con la certeza de que no va a caer al abismo. Porque -precisamente- la chance de caer hace que subir a la montaña tenga sentido.
No podemos pedirle a Peña que sea lo que nosotros queremos que sea. Que solo nos divierta. Que siempre nos venda lo que queremos comprar. Mascota fiel o así como te subimos al altar, te bajamos de un plumazo.
Por eso admiré su vida y más aún su muerte. Porque su final tuvo la fuerza del exceso y la ternura. Porque Fernando Peña tachó sin darse cuenta todos los items que se necesita para ser un GENIO.
O acaso Beethoven no alentó a Napoleón?
Mozart se reía de la monarquía, la burlaba. Y terminó en el osario común.
O acaso Fito Paez no se sacó la camisa del hippie de Rosario y su calzó la remera y el traje Armani? Está mal? No. solo que queremos que no nos jodan, que no nos cambien las cosas. Porque cambiar implica entrar en el cuarto oscuro.
O acaso Maradona no fue el ancho de espadas y ahora es un cuatro de copas. Y aquí el segundo fragmento de este texto anacrónico.
Diego Maradona. Cuando estaba cara a cara con Bianchi en las encuestas, la gente sabía que era drogadicto. Pero lo eligió. Y ganó y lo amaron y perdió y lo odian. Como si perder fuera palabra prohibida para un genio. Si presisamente perder es la escencia del genio. Lo que realza sus genialidades. Lo mejor de Charlie Parker fue grabado cuando la marihuana lo tenía perdido. Y lo que para Parker era una derrota, para nosotros los mediocres, esa derrota es música que va a quedar en la historia más elevada del Jazz.
Porque Maradona se drogaba en el 86, se drogaba en el Nápoli multi campeón de Italia y de Europa. Pero que bien nos caía que se drogara. Tanto, que nos sangrabamos las manos de eufóricos aplausos. Y los bolsillos llenos, vendiendo el producto MARADONA. Todos contentos. La nave va y no jode a nadie. El producto es perfecto. Y las notas de Charlie Parker conjuban estupendamente con la gambeta visible y la nariz encubierta de Diego. Vaya mierda que somos. Vaya flor de mierda que somos todos los seres humanos.
Porque -repito- compramos lo bueno. Mordemos la parte sana del durazno. Pero el durazno es un todo. Los machucones son parte de él. Y esa parte madura, más oscura también hay que morderla, amarla, saborearla, incluso es la parte más dulce. Esa podredumbre es hermosa en un todo con lo sano. Y no hago apología a las drogas ni festejo que lo haga, ni parece gracioso. Pero no falta el imbécil que lo piensa, que se queda con lo chico.
Siento que no entendimos nada y seguiremos siendo los mediocres abrazados al tronco de las certezas y de la seguridad. "el miedo de soltar la tercera pata, que nos deja bien parados" diría Clarice Linspector. El caballo con anteojeras del mateo, el niño que agarra a ese globo llamado mundo desde el piolín de la mentira.
Pero no nos escandaliza todo, porque en el fondo nos fascina.
Y Fernando Peña ya fue olvidado (un puñado de nada) y Maradona va a clasificar (porque no juzgamos a la Argentina, nos morimos por ver caer a Maradona) y hasta tal vez salga campeón y nos quedemos así, como el mono que se rasca la cabeza desde el otro lado de la jaula, con los superficiales gritos eufóricos y un enorme vacío interior. Una vez más, un puñado de nada.
Gustavo Bonino
Si querés, dejá tu comentario.
domingo, 16 de agosto de 2009
ENTREVISTA: CHARLY GARCIA.
Esta bien pudo haber sido una entrevista a Charly Garcia.
domingo, 2 de agosto de 2009
PIENSO...
que es perder lo que no sé,
lo que ya perdí.
En el deseo opuesto: que ocurra.
Y sin embargo soy un hombre solo,
como todos.
En el dolor de las mañanas.
En la trampa del tiempo.
En el tiempo, a veces de humo,
A veces de arena,
Siempre ajeno a la voluntad
caminamos en el aire de gelatina.
Mundo rojizo, pecera idiota.
Nunca llegamos a atraparlo.
Pienso en la corrosión de la moral
y de las muelas. Ambas me aterran.
Desde siempre los dientes amarillos
son el último paso a la bohemia,
pasillo de gala a la muerte
todavía no se de qué.
Pienso en las cosas que jamás sabré.
(vaya trampa ambigua en la que caí).
Cuantos secretos guarda la historia.
Quiza esté hecha de secretos, no de hechos.
Se me ocurre pensar entonces
que nos sostiene lo que
ni siquiera se sospecha. Lo aparente.
Ese espejo en donde te mirás
y no sos vos. Quien te dijo que sos vos?
Pienso en el tiempo que me queda
en mi cobardía, en mi egoísmo,
en mi sangre perpetuada en carne,
en el amor que doy y en el que me guardo.
En las historias que me guardo,
en mi habilidad de camaleón.
Mi insoportable y seductora vida de siddharta.
Pienso en el tiempo. En el cíclico.
Siempre vuelvo a lo mismo.
Aunque, como dijo el poeta:
Soy otro y soy el mismo.
Gustavo Bonino
sábado, 21 de marzo de 2009
CHISMES
Dos mujeres del barrio conversaban. Una le comentaba a la otra toda clase de chismes sobre una tercera persona, que ni enterada estaba hasta que los rumores de las calumnias en su contra llegaron y le causaron un gran daño.
Esa noche la mujer chismosa soñó que un dedo enorme la señalaba. Despertó agitada.
Al otro día, la chismosa, arrepentida, fue corriendo a ver al cura. Fue a confesarse por el mal infundado que había causado.
- Soy culpable de mi mal? acaso un chisme entra dentro de los parámetros del pecado? - dijo la mujer muy compunjida.
- Sí!, le gritó el cura. Además de ser culpable, eres mala y juzgaste sin saber! - replicó con cierta ira, que luego moderó.
- Qué puedo hacer para remediar el mal hecho? - dijo la chismosa, agitada.
- Ve a tu casa, toma una almohada, luego una cuchilla, pon la almohada contra el techo hazle un tajo fuerte.
- Eso es todo?, preguntó la mujer.
- No!, respondió el cura. Luego de hacer lo encomendado, regresa.
La mujer se fue a su casa sumergida en el sentimiento de quien hizo algo irremediable, de quien lastima gratuitamente por aburrimiento, por ignorancia o por envidia.
Apenas llegó, la pobre mujer tomó una almohada, el cuchillo y comenzó a tajerala. Luego volvió a la iglesia muy confundida y preguntó al cura que más hacer.
El cura replicó.
- Plumas...
la mujer quedó helada. El cura insistió.
- Plumas, no es eso lo que salió de tu almohada?
- Sí, dijo la mujer... Plumas por todas partes, volando en el viento.
-Exacto!, dijo el cura. Eso es el chisme!.
Esto va como un regalo a las personas chismosas, que se meten en la vida de los demás cobardemente, sin saber, sacando conclusiones de perfumería, poco ciertas. Connclusiones que pueden lastimar gratuitamente y sin mayor senido que el de la ignorancia y la maldad.
Especialmente a los que juzgan mi vida de pareja, de padre y hasta mi forma de vestir!. a los que juzgan y me ensucian en nombre de una falsa preocupación que jamás demuestran en los hechos, sino solo en el chisme, en la palabra que lastima.
Gustavo bonino
sábado, 7 de febrero de 2009
Siddhartha...
Me abandono para encontrarme. No buscar es el natural camino a encontrar.
Gustavo Bonino